
Nutrición para el gato sénior
¿En qué se diferencian las necesidades nutricionales de los gatos mayores de los más jóvenes?
Este artículo proporciona todo lo que necesitamos saber.
No ha sido hasta hace relativamente poco cuando se han definido las etapas de la vida de los gatos y, aun así, existen ligeras diferencias entre las distintas organizaciones (Tabla 1). Según las guías de la Asociación Americana de Hospitales de Animales (AAHA) y de la Asociación Americana de Profesionales Felinos (AAFP) del 2021, las etapas de la vida del gato son cinco: gatito (desde el nacimiento hasta el año de edad), adulto joven (1-6 años), adulto maduro (7-10 años) y sénior (>10 años), con la etapa adicional de “final de la vida” que puede tener lugar a cualquier edad.
Tabla 1. Descripciones de las etapas de la vida del gato según organizaciones veterinarias para la salud felina reconocidas.
Etapa de la vida | AAHA Y AAFP | ISFM |
---|---|---|
Gatito | Del nacimiento a < 1 año | Del nacimiento a los 6 meses |
Joven | – | 7 meses-2 años |
Adulto joven | 1-6 años | – |
Adulto | – | 3-6 años |
Adulto maduro | 7-10 años | 7-10 años |
Sénior | > 10 años | 11-14 años |
Súper sénior | – | +15 años |
Las etapas de la vida del gato según la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM) son ligeramente diferentes: gatito (nacimiento-6 meses), joven (7 meses-2 años), adulto (3-6 años), maduro (7-10 años), sénior (11-14 años) y súper sénior (>15 años).
Dejando de lado estas diferencias, gracias al mayor conocimiento de las distintas etapas de la vida de nuestros animales de compañía actualmente existe un mayor interés por las diferentes necesidades nutricionales de cada etapa, incluyendo la del envejecimiento. Mientras que organizaciones como la Asociación Americana de Oficiales para el Control de Alimentos (AAFCO) y la Federación Europea de la Industria de Alimentos para Animales de Compañía (FEDIAF) disponen de recomendaciones y guías nutricionales para el crecimiento (FEDIAF subdivide a su vez el crecimiento en temprano y tardío), la reproducción y la edad adulta, no existe ninguna recomendación para los animales sénior. Este hecho supone un reto, puesto que el cuidado de las mascotas durante el envejecimiento está adquiriendo cada vez más importancia a medida que la población envejece; aproximadamente el 20-40% de los gatos de Estados Unidos se podrían clasificar como “sénior” o “súper sénior”.
Aunque existen algunos estudios sobre la nutrición de los gatos mayores, también faltan estudios en los que se analicen nutrientes específicos, tanto esenciales como no esenciales, pero con posibles efectos beneficiosos. En este artículo se hace una revisión nutriente por nutriente, explicando lo que sabemos y lo que creemos, basándonos en evidencias actuales, que es importante para nuestros felinos sénior.
En lo que respecta a la digestibilidad, desde hace tiempo se sabe que en los gatos maduros y sénior se produce una pérdida de la capacidad de digestión de nutrientes; en hasta el 33% de los gatos la digestibilidad de las grasas se ve reducida y en aproximadamente un 20% de los gatos se reduce la digestibilidad de las proteínas.
Además, en estudios recientes se ha demostrado que, en gatos mayores, considerados tanto “sanos” como “no sanos”, la pérdida de peso se puede deber, al menos en parte, a una menor digestibilidad de los nutrientes. En los gatos mayores también es frecuente observar una pérdida de masa magra y una disminución de la puntuación de la condición muscular y esto se puede atribuir en parte a la menor digestibilidad de las proteínas que da lugar a un balance de nitrógeno negativo.
Además, se ha cuestionado si el aporte de proteínas actualmente recomendado para mantener el balance de nitrógeno en los gatos también es suficiente como para mantener la masa corporal magra o si se debería considerar un aumento de las necesidades proteicas.
Existen otras razones, además de la menor digestibilidad del alimento, que pueden explicar la pérdida de peso y de masa corporal magra en los animales de edad avanzada. En el ser humano, los sentidos del olfato y del gusto disminuyen con la edad y es probable que también ocurra lo mismo en otros animales.
Entre las estrategias para favorecer el consumo de alimento se incluye la de proporcionar alimentos con aromas y sabores variados y a una temperatura óptima de 37°C/98,6°F.
Las enfermedades también pueden provocar la disminución del apetito y del interés por el alimento debido al dolor (p. ej., por enfermedades dentales), a trastornos metabólicos (p. ej., por toxinas urémicas asociadas a la enfermedad renal crónica (ERC) o al aumento de citoquinas debido a enfermedades inflamatorias) y/o a fármacos (p. ej., agentes quimioterapéuticos que pueden afectar directamente al sabor de los alimentos). Las enfermedades más frecuentes de los gatos de edad avanzada también pueden afectar directamente a la pérdida de peso y de músculo, como en el caso del hipertiroidismo, la enteropatía crónica, el linfoma y la diabetes mellitus. Por último, tanto en perros como en gatos se ha descrito la sarcopenia o pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento y no a la enfermedad.
Por lo tanto, los gatos sénior, incluso los sanos, pueden necesitar un mayor aporte de calorías para mantener el peso corporal y, en muchos casos, la administración de un alimento de mayor digestibilidad podría mejorar la absorción de nutrientes. Los fabricantes de alimentos proporcionan sus guías de racionamiento según la estimación media de las necesidades, pero se pueden observar variaciones individuales de incluso hasta ± 50% de la media.
A todos los gatos sénior o súper sénior se les debe realizar regularmente una evaluación del peso corporal, de la condición corporal y de la condición muscular, ajustando el aporte de calorías según corresponda y valorando el posible cambio de alimentación. Los animales mayores se pueden deshidratar debido a la disminución de la sensación de sed, la menor movilidad y/o un proceso patológico.
Sin embargo, valorar el estado de hidratación de un paciente puede ser complicado, ya que, a pesar de la pérdida significativa de agua, los signos clínicos de deshidratación no son consistentes.
Por lo tanto, es importante fomentar la ingesta de agua en los gatos sénior, aunque no parezcan estar deshidratados. En este sentido, un principio fundamental es garantizar que los gatos tengan acceso a agua limpia y fresca, pero, además, se puede aumentar la ingesta de agua proporcionando un alimento húmedo. Las enfermedades dentales son frecuentes en los gatos y en un estudio se ha indicado que afectan a más del 50% de los gatos sénior.
Por lo que en caso de molestias bucales o de menor capacidad para masticar las croquetas de alimento seco, la alimentación húmeda puede resultar beneficiosa (junto con otras medidas dirigidas al problema subyacente). La humedad del alimento también desempeña un papel importante en el manejo de la ERC y de todos los tipos de urolitiasis. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que, al aumentar la humedad del alimento, la densidad calórica disminuye. Por lo tanto, es importante asegurarse de que la ración diaria sea la adecuada a las necesidades diarias del gato y de que el gato consuma la suficiente cantidad de alimento. Si es difícil que el gato consuma la cantidad de alimento húmedo que necesita, la alimentación mixta o solo seca pueden ayudar a cubrir las necesidades energéticas.Aunque sabemos que en algunos gatos de edad avanzada la digestibilidad de las proteínas se ve reducida, todavía no se ha determinado con claridad cuál es la cantidad de proteína que se debería recomendar a un gato mayor, que por lo demás, se considera sano. Como la ERC es bastante frecuente en los gatos mayores, estimándose que afecta al 30-40% de los gatos de más de 10 años.
Y en las últimas fases de esta enfermedad se suele recomendar la disminución del aporte de proteínas, a veces se cree que en todos los gatos de edad avanzada podría ser beneficioso reducir la ingesta de proteínas. Sin embargo, no existen suficientes evidencias que confirmen que la reducción de proteínas disminuya la aparición de la ERC durante el envejecimiento. Además, como ya se ha mencionado antes, en gatos de tan solo 7 años de edad se ha descrito la presencia de sarcopenia, por lo que, dada la menor capacidad para digerir las proteínas de los gatos mayores, el aporte de un alimento restringido en proteínas podría aumentar el riesgo de desarrollar sarcopenia. Por lo tanto, el hecho de que los gatos sean carnívoros estrictos con unas necesidades proteicas elevadas, sugiere que el aporte de alimentos restringidos en proteínas se debería reservar a los gatos con enfermedad renal activa y estos alimentos no se deberían recomendar como medida preventiva en gatos sanos de edad avanzada. Como ya se ha indicado anteriormente, los gatos sénior también pueden tener una menor capacidad para digerir las grasas, lo que puede contribuir directamente a su menor asimilación y, por tanto, menor ingesta de calorías, ya que las grasas tienen más calorías por gramo que los carbohidratos o las proteínas. Los alimentos con un mayor contenido en grasas, y particularmente los que también tienen una mayor digestibilidad de proteínas y carbohidratos, pueden ser una buena opción para gatos, por lo demás sanos, que están perdiendo peso y condición corporal. Por otro parte, en gatos con sobrepeso estaría más indicado utilizar alimentos con menor contenido en grasas y, por tanto, menos calorías. En el 2022, la Asociación para la Prevención de la Obesidad en Mascotas de Estados Unidos estimó que un 61% de los gatos tienen sobrepeso u obesidad.
Y como la población de gatos mayores está aumentando, es probable que en esta cifra estén incluidos los gatos sénior. Los gatos con obesidad tienen más riesgo de presentar problemas respiratorios, cutáneos, musculoesqueléticos y/o dentales, así como enfermedades del tracto urinario y diabetes, por lo que, aunque en gatos con pérdida de peso involuntaria pueda estar indicado un mayor aporte de grasas, puede haber situaciones en las que el objetivo sea la pérdida de peso, siendo necesario reducir la ingesta de grasas.
Aunque los carbohidratos no son nutrientes indispensables, son importantes para contribuir al aporte energético necesario y equilibrar el contenido de proteínas y grasas para que el alimento contenga las proporciones deseadas. Hay que tener en cuenta que en el caso de los gatos de edad avanzada sanos (y no en gatos con necesidades especiales como con diabetes mellitus, que requieren una valoración más detenida, el aporte de carbohidratos en el alimento se suele ajustar una vez determinado el contenido de proteínas y grasas. Sin embargo, los carbohidratos una vez cocinados, de manera que se pueden digerir y absorber con facilidad, pueden tener un efecto ahorrador de proteínas al proporcionar una fuente de glucosa, sin necesidad de recurrir a la gluconeogénesis a partir de las proteínas. No hay evidencias de que los carbohidratos digestibles provoquen obesidad o diabetes en el gato, por lo que no hay motivos para evitar el uso de estos nutrientes. De hecho, los alimentos más altos en grasas tienen más probabilidad de causar obesidad. Por otro lado, la cantidad de grasas del alimento se puede reducir aumentando el porcentaje de proteínas y/o de carbohidratos.
Los carbohidratos no digestibles son un tipo de fibra alimentaria que pueden promover la salud del tracto intestinal. La microbiota intestinal utiliza las fibras fermentables (pulpa de remolacha, pulpa de achicoria, fructooligosacáridos) y los productos finales de la fermentación, como los ácidos grasos de cadena corta, pueden tener efectos beneficiosos directos durante el envejecimiento. En los perros sénior, se ha demostrado que los alimentos con una mayor concentración de fibra alimentaria total disminuyen el amoníaco intestinal.
Lo que es importante en casos de ERC y encefalopatía hepática. Sin embargo, la fibra alimentaria disminuye la densidad calórica del alimento y puede afectar a la palatabilidad, por lo que la clave es proporcionar el equilibrio adecuado para cada individuo.
Aunque no existen suficientes evidencias de que los alimentos altos en proteínas puedan causar ERC en gatos sénior, sí hay evidencias de que los alimentos con un contenido de fósforo elevado puedan contribuir al desarrollo de esta enfermedad. En dos estudios recientes con gatos sanos, se compararon alimentos con distinto contenidos de fósforo y cociente calcio : fósforo. Los alimentos con el nivel más alto de fósforo (procedente en su mayoría de fuentes inorgánicas) y un menor cociente calcio:fósforo dieron lugar a alteraciones renales.
Además se han estudiado distintos alimentos con diferentes niveles de fósforo total, fuentes de fósforo inorgánico y cociente calcio:fósforo y se encontró que un nivel elevado de fósforo inorgánico daba lugar a un pico, dosis-dependiente, de concentración plasmática de fósforo más alto que el producido por el fósforo orgánico.
Sin embargo, no todas las formas del fósforo inorgánico provocan el mismo aumento postprandial en la concentración plasmática de fósforo. Aunque es necesaria una mayor investigación, es recomendable evitar alimentos altos en fósforo inorgánico soluble y con una relación calcio:fósforo inferior a 1:1.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en la fabricación de los alimentos para animales de compañía, el nivel de proteínas y el de fósforo orgánico suelen ir acompañados; es decir, cuanto mayor sea el nivel de uno de estos nutrientes, mayor será la probabilidad de que el otro también lo sea. Existen nuevas dietas en el mercado (particularmente para el manejo de la enfermedad renal precoz) en las que este hecho es menos probable, debido a la cuidadosa selección de los ingredientes, pero en el caso de los alimentos de mantenimiento puede que esto no sea así. Por lo tanto, a la hora de valorar los alimentos de mantenimiento para gatos sénior puede ser complicado encontrar un nivel elevado de proteínas evitando al mismo tiempo un nivel elevado de fósforo.
Aunque es un hecho que todos los gatos, sea cual sea su edad, necesitan un alimento completo y equilibrado con un contenido adecuado de vitaminas y minerales, puede haber algunas consideraciones adicionales para los gatos de edad avanzada. Debido a la menor capacidad de digestión de las grasas, la absorción de vitaminas liposolubles puede verse comprometida en estos gatos. Hasta la fecha, no hay datos que demuestren que las deficiencias de estas vitaminas en gatos de edad avanzada se deban a la deficiente capacidad de absorción. Sin embargo, se puede considerar la deficiencia de estos nutrientes clave en el caso de un gato cuya condición corporal y muscular estén disminuyendo y reciba un alimento que no se asimile correctamente o que no sea completo y equilibrado. Las vitaminas antioxidantes, como las vitaminas C y E y el precursor de la vitamina A, betacaroteno, pueden ser beneficiosos en animales de edad avanzada. Aunque la vitamina C no es esencial en el gato (puesto que se puede sintetizar de forma endógena), existen evidencias de que niveles más altos de vitamina E y de betacaroteno en los alimentos pueden contribuir al aumento de la longevidad de los gatos
Las vitaminas hidrosolubles, como la vitamina B12, pueden eliminarse acompañando la pérdida de agua en caso de poliuria o malabsorción y, aunque esto no sea necesariamente un problema en gatos sanos de edad avanzada, su suplementación puede estar indicada.
Una de las enfermedades más frecuentes en los gatos sénior es la osteoartritis o enfermedad degenerativa articular (EDA); en un estudio se encontró que el 92% de los gatos de más de 14 años presentaban evidencias radiográficas de EDA 21. Aunque existen numerosos tipos de suplementos alimentarios para estos pacientes, los estudios en los que se ha investigado la suplementación de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) han demostrado beneficios más contundentes. En un estudio se observó que los gatos con osteoartritis que recibían suplementos de aceite de pescado tenían un mayor nivel de actividad, menos rigidez, podían saltar más alto e interaccionaban más con su cuidador.
A medida que aumenta el número de gatos “sénior” o “súper sénior”, el deterioro cognitivo y la disfunción cognitiva también es cada vez más frecuente y fácil de reconocer, incluso en gatos que, por lo demás, se consideran sanos. De hecho, se considera que es parte del proceso normal de envejecimiento. Según un estudio un 36% de los cuidadores de gatos de entre 7 y 10 años (etapa adulta madura y sénior) y un 88% de los cuidadores con gatos de entre 16 y 19 años (etapa súper sénior) indicaron que sus mascotas habían desarrollado problemas de comportamiento relacionados con la edad.
Estos cambios pueden afectar a la calidad de vida del gato y del cuidador, por lo que existe un gran interés en encontrar alimentos y/o suplementos que puedan ralentizar este proceso. Se han realizado estudios con varios suplementos obteniéndose diferentes resultados. Existen algunas evidencias que avalan el uso de suplementos de S-adenosil-l-metionina (SAMe) e informes anecdóticos sobre el uso de otros suplementos de melatonina, la l-teanina, los hidrolizados de proteínas lácteas y las feromonas. Sin embargo, la mayoría de estos suplementos se han utilizado para problemas generales de ansiedad en gatos y no específicamente para el deterioro cognitivo. Estaría justificada la realización de más ensayos clínicos para valorar específicamente los efectos de los suplementos en el deterioro cognitivo. Los triglicéridos de cadena media (TCM) se han utilizado para el manejo de la disfunción cognitiva en el perro, pero se necesita investigar más su uso en gatos. En el pasado se ha indicado que los TCM podrían generar problemas de palatabilidad en el gato, pero los informes más recientes sugieren que esto puede no ser así.
Las últimas investigaciones que se están realizando giran en torno al eje intestino-cerebro con el objetivo de mejorar la función cerebral durante el envejecimiento. Además de los estudios con TCM (centrados en la acción de las cetonas y los efectos directos de los ácidos grasos de cadena media), otros nutrientes que cabe investigar en un futuro, respecto a las necesidades cognitivas de los animales de edad avanzada son los prebióticos y los probióticos.
Conclusión
En el mercado actualmente existen muchos alimentos o suplementos que indican ser para gatos sénior según las propias consideraciones y creencias de las empresas fabricantes, sin que se hayan investigado o comprendido las necesidades de estos gatos. Aunque estamos empezando a comprender diferentes matices de algunos nutrientes, las necesidades nutricionales de los gatos sénior y súper sénior siguen estando en gran medida sin definir. Se trata de una categoría de gatos muy amplia en la que las necesidades pueden ser diferentes, incluso entre gatos aparentemente sanos, por lo que estandarizar las recomendaciones para todos los gatos puede resultar complicado; en su lugar, se debe realizar un asesoramiento nutricional individualizado. A medida que la población de gatos envejece, nos esforzamos más por comprender mejor sus necesidades y poder ofrecer recomendaciones basadas en la evidencia que les ayude durante el envejecimiento.
Fuente: https://vetfocus.royalcanin.com/es/cientifico/nutricion-en-el-gato-senior